Sensory Bites // ¿Cómo consumiremos el agua en el futuro?
Miles de millones de botellas de agua se mueven a diario por todo el mundo. El consumo de este producto ha crecido de forma exponencial en la última década y en 2017 los expertos prevén que las cifras mundiales alcancen los 391.000 millones de litros. Este aumento supone también un alto nivel de residuos plásticos para el planeta, ya que la mayor parte de estas botellas se fabrican con tereftalato de polietileno (PET), un material que tarda hasta 100 años en biodegradarse.
Ante esta situación de elevado consumo y escaso reciclaje, el sector se pregunta cuál es el futuro del agua embotellada y qué propuestas innovadoras pueden favorecer que su crecimiento se mantenga en el mercado sin que ello suponga un perjuicio para el medio ambiente.
Varias compañías ya han apostado por fomentar envases ecológicos y sostenibles que mantengan la pureza y la sensación refrescante del agua. Quizá la más innovadora es la empresa londinense Skipping Rocks Lab, que ha revolucionado de arriba abajo el mercado del ‘packaging’ haciendo desaparecer completamente los envases.
Adiós al envase
El objetivo de Skipping Rocks Lab consiste en eliminar los tradicionales envases de plástico y sustituirlos por material biodegradable. Así es como han desarrollado su propuesta, de nombre ‘Ooho!’, con la que comercializan esferas comestibles rellenas de agua mineral.
Esta empresa utiliza plantas y algas marinas para crear material biodegradable en el que introducir pequeñas dosis de agua –a la que se puede añadir aromas y sabores- que el consumidor puede llevarse a la boca, sin preocuparse por dónde depositar luego el envase. Así, se reduce a cero el consumo de plástico con un material que, además de natural y biodegradable, es mucho más económico.
Este formato tan innovador y sostenible, que ofrece una nueva sensación al consumidor, se degrada de forma natural a partir de su cuarta semana de producción y mantiene fresca el agua durante varios días.
Del plástico a la lata
En esta línea de la sostenibilidad ha trabajado también la compañía londinense CanO Water, que ha decidido dejar de lado los envases de plástico y apostar por las latas de aluminio, que cuentan con una mayor tasa que reciclaje que el propio plástico o el vidrio.
Este formato ofrece la posibilidad de rellenar la botella gracias a un sistema de apertura y cierre de la lata. La intención de la compañía, tal y como recoge en su página web, es mantener a salvo del plástico a los océanos, donde cada año se arrojan hasta ocho toneladas de este material.
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