Sensory Bites // Curiosidades de la cerveza

Publicada el 21 septiembre, 2018

La cerveza, en sus múltiples versiones, es una de las bebidas más populares, junto al té y al café. Su característico sabor amargo acompaña momentos de toda clase en cualquier parte del mundo. ¿Has probado todas sus variedades?

Curiosidades de la cerveza

Con una antigüedad de unos 7.500 años, la cerveza nació en Irán. Sus restos se encontraron concretamente en las excavaciones en Godin Tepe. Se cree así que sus creadores fueron los agricultores de Egipto y Mesopotamia (Oriente Medio en la actualidad). Parece ser que la construcción de las pirámides se pagaba con cerveza; un trabajo duro que se llevaba así con algo más de alegría.

La composición de la cerveza es la misma que la del pan: harina de cereal fermentada mezclada con agua, junto con algún otro ingrediente. La proporción de esta última es la que determina el resultado obtenido, de ahí que a la cerveza se la llamase antiguamente pan líquido. El lúpulo es otro ingrediente clave en la elaboración de la cerveza, pues es el encargado de proporcionarle el sabor amargo. Como curiosidad, cabe decir que el lúpulo es una planta que forma parte de la familia de los Cannabinaceae, entre los cuáles está el cannabis.

Con un origen artesano, el paso de los años impuso la elaboración industrial. No obstante, en la actualidad, las tendencias de bebidas alcohólicas muestran una vuelta a los orígenes. Se buscan, así, nuevos sabores afrutados y una producción de tipo artesanal. Hay que decir que en Babilonia, una elaboración fallida podía llegar a castigarse con la muerte.

Debido a su larga vida, la cerveza ha estado presente en diversos conflictos bélicos, ya que se podía almacenar durante tiempo sin que se estropeara. Aunque tradicionalmente está relacionada con los hombres, en sus orígenes eran las mujeres las expertas elaboradoras de la misma. Hoy en día, forma parte de la vida tanto de hombres como de mujeres, con una importante connotación social.

¿Por qué nos gusta tanto la cerveza?

Parece ser que la razón por la que la cerveza es la bebida alcohólica favorita en todo el mundo es la dopamina. Los estudios han demostrado que consumir cerveza, e incluso olerla, activa la producción de este neurotransmisor en el cerebro. ¿El resultado? Una agradable sensación de bienestar que no queremos perder.

Un simple sorbo de cerveza logra que se libere la dopamina, que con un efecto en cadena, alcanza el llamado estrato ventral, una zona cerebral que controla la impulsividad. Por ello, una primera cerveza suele ir acompañada de alguna más.

Tipos de cerveza en el mundo

La cerveza se divide en dos grupos en función de si su fermentación es alta o baja. Las primeras, llamadas Ale, están hechas con cebada fermentada a altas temperaturas. Con un sabor amargo y una graduación algo elevada, se pueden servir a temperatura ambiente o incluso tibias. Son las favoritas en Irlanda, Inglaterra, Escocia, Bélgica y los Países Bajos. Algunas de las más conocidas son las Stout (negras), las Porter y las de abadía, con un sabor más suave y afrutado.

Las de baja fermentación o Lager suelen tener un color más claro y amarillento y se sirven bien frías. Son más suaves, tanto en lo que respecta al sabor como a su aroma. La república Checa, principal país consumidor de cerveza del mundo, Dinamarca, España o Alemania se decantan más por estas variedades.

La variedad de cervezas que podemos encontrar alrededor del mundo es muy amplia. Incluso China ha influido en las producciones alemanas, ya que los gustos y preferencias del mercado chino, han hecho que las productoras de cerveza modelen sus líquidos para adaptarse más a los deseos de consumo del público chino, y así obtener más beneficios. Todo un mundo de sabores y aromas para descubrir y deleitarse, y que sobre todo, nos hará sentir bien.

 


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