Del huerto al vaso: bebidas, yogures y helados vegetales

Publicada el 24 octubre, 2017

 

De soja, de coco, de avena, de almendra y hasta de arroz. El mercado de las bebidas vegetales ha ido más allá de las frutas y las verduras y ha alcanzado a las legumbres y los frutos secos en los últimos años. Esta tendencia llega auspiciada por el auge del veganismo y la healthy food, así como por la intolerancia a la lactosa. En concreto, se ha abierto un gran abanico de posibilidades en el sector para innovar en la elaboración de nuevos productos saludables que se adapten a las demandas de los consumidores más fit y de aquellos preocupados por su salud.

El boom de estos productos ha sido tal que ahora el objetivo de las compañías de alimentación y bebidas es condensar en una botella todo el sabor, frescor y propiedades naturales de alimentos como la manzana, naranja, apio, pepino, jengibre, soja, anacardo, nuez, cacahuete, quinoa o cúrcuma, entre muchos otros. El éxito de estas propuestas radica en que las combinaciones posibles son miles y la mezcla de sabores también.

Algunas de las ofertas más creativas e innovadoras en este sentido están en el ámbito de la llamada leche vegetal. Según analistas de bebidas, la leche sin lactosa ha crecido en 2017 y seguirá haciéndolo hasta 2022. Por ello, inspirados en productos como la leche de almendras, las compañías han comenzado a innovar para aportar variedad al sabor de estos productos y un mayor valor nutricional.

Así, algunas han ido más allá de ingredientes más conocidos como la almendra o el coco y han sacado al mercado productos muy novedosos, como la leche elaborada con guisantes. Es el caso de Ripple Foods, startup afincada en Silicon Valley, que ha elaborado distintas variedades de esta bebida, a la que se puede añadir vainilla o chocolate.

 

 Sabor y cremosidad

Esta leche de guisante sustituye las grasas saturadas y el colesterol de las bebidas lácteas por omega-6 y omega-3 esenciales de fuentes vegetales puras. El resultado es una bebida 100% vegetal con un toque de sabor a leche en polvo (aunque no contiene) y una textura lisa y cremosa, por lo que es un buen complemento para el café.

Uno de los principales puntos a favor de este producto es que cuenta con la misma cantidad de proteína que la leche de vaca (8 gramos por vaso). En este sentido, se sitúa a la altura de la leche de soja, pero tiene ventaja sobre la de almendras. Respecto al nivel de azúcar, tiene justo la mitad que las bebidas lácteas.

 

Alternativa vegetal para grandes empresas

Algunas de las compañías más importantes que operan en Estados Unidos, entre ellas Starbucks, se han sumado a la moda de las bebidas vegetales. Esta cadena internacional de café introdujo hace varios meses en el mercado una bebida de avena 100% vegetal, ecológica y baja en grasas, dando así una alternativa a aquellos consumidores que no quieren tomar leche (aunque sea sin lactosa).

Además, Starbucks también ha incorporado a su carta productos que combinan la nata con bebidas vegetales, como el frapuccino de horchata que se elabora con leche de almendras y se comercializa en Estados Unidos y Canadá.

 

Beberse la huerta

Otra de las grandes novedades lanzadas en el mercado alimentario en los últimos años ha sido el smoothie, licuados de frutas y verduras que se han metido en las casas de todo el mundo para condensar en un vaso el consumo de estos alimentos y mantener su frescor y potente y delicioso sabor.

El consumo de este tipo de bebidas ha aumentado enormemente. Dentro de la Unión Europea (UE), Alemania es el país con más interés en este tipo de bebidas, ya que en los últimos años ha alcanzado los 2.405 millones de litros anuales en líquidos de fruta y néctares.

La gran acogida de este tipo de licuados en el mercado español, tradicionalmente vinculada a productos lácteos, batidos o zumos con leche, ha entrado de lleno en la producción de smoothies vegetales, que  ha crecido un 30% en penetración en hogares españoles en el último año.

Existen variedades diferentes, como: la de naranja, con calabaza, zanahoria, mango, fruta de la pasión, jengibre y algo de chile; la variedad roja, con remolacha, tomate, mango, manzana, granada, bayas de goji y un toque de limón y pimienta; y la verde, hecha con manzana, chirivía, apio, pepino, té matcha y un toque de espirulina y menta.

Entre las ventajas de este tipo de bebidas está la posibilidad de llevar frutas y verduras, con todos sus nutrientes y propiedades, a cualquier parte y con toda facilidad; además de ser un modo muy refrescante de tomar estos alimentos, que solo un 50% de la población toma diariamente.

 

De la bebida al yogurt y al helado

Pero no sólo de bebidas se puede vivir, así que las empresas alimentarias también han visto un filón en los yogures. Si los hay de todo tipo (de sabores, con trozos de fruta, con cereales, sin lactosa, etc.), ¿por qué no elaborarlos con bebidas de espelta, malta de maíz o puré de almendras?

Es en lo que trabaja White Wave Food, que con sus distintas marcas ha elaborado una gran variedad de productos vegetales inspirados en productos lácteos. En este caso, la empresa ha comercializado alternativas al tradicional yogur basadas en componentes de origen vegetal, como la almendra, la soja o el coco.

Y del yogur al helado. Booja-Booja, una compañía heladera, se ha lanzado a producir este producto con ingredientes vegetales. Así, el cremoso y dulce sabor del helado de chocolate, de vainilla o de frambuesa se elabora con elementos alternativos como el agua, el sirope de agave, polvo de cacao, anacardos o extracto de vainilla, entre otros.

Todo un universo de productos basados en vegetales para atraer a los millennials que rehúyen la leche. ¿Veremos más innovaciones el año que viene? El equipo de Sensory Value seguirá el tema de cerca.

 


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