Los snacks del futuro combinarán sabor y salud
No es ninguna novedad que los consumidores buscan, cada vez más, alimentos saludables que mejoren su calidad de vida. Esta es una tendencia que se aplica también a los snacks o aperitivos que se toman entre horas. De hecho, la línea divisoria entre lo que se considera un alimento y un snack cada vez es más difusa. Los adultos, que llevan vidas cada vez más complicadas, buscan snacks que cumplan la función de una comida completa. Y los fabricantes de aperitivos han comenzado a buscar alternativas para satisfacer esta nueva demanda.
Snacks funcionales: textura, sabor y nuevos ingredientes
Los snacks funcionales son aptos para el consumo por parte de todos los grupos de edad y de todos los sectores de la población. Desde el empleado de oficina hasta una persona de perfil muy deportista. Ganan adeptos con gran rapidez porque, gracias a ellos, se sustituyen los aperitivos menos saludables por otros nutritivos, y con menor aporte calórico.
Hace relativamente poco tiempo los batidos de proteínas se asociaban a los usuarios de gimnasios y los batidos sustitutivos de comidas se asociaban al seguimiento de dietas de control de peso. Hoy en día se fabrican barritas energéticas, postres con aspecto de lácteos y batidos que incorporan una gran cantidad de nutrientes. El consumo de este tipo de productos es cada vez más popular.
Algunos de estos alimentos funcionales, por ejemplo se obtienen a partir de clara de huevo o micro algas. La clara de huevo se trata con una enzima. Esta enzima rompe las proteínas presentes en el huevo y las reduce a fragmentos de un tamaño menor. Este proceso se llama hidrólisis y permite obtener una gran variedad de nuevas texturas.
Sin embargo, la opinión general de los consumidores es que la industria de los snacks funcionales debe avanzar todavía en lo que se refiere a la consecución de sabores más naturales y texturas más agradables. El motivo es que, al acudir a un snack saludable, muchos consumidores renuncian a alimentos percibidos como más deseables. Por ejemplo, patatas fritas o chocolates. Aunque pueda parecer contradictorio, los mismos consumidores que escogen snacks funcionales porque son saludables, exigen que esa elección incorpore una recompensa en forma de textura y sabor semejantes a los de los alimentos que prefieren no consumir. En este sentido, la industria alimentaria debe tener en cuenta el funcionamiento del mecanismo de la recompensa.
¿Por qué se llaman funcionales estos nuevos snacks?
El motivo es que, además de ser más nutritivos y aportar menos azúcar, ayudan al organismo a cumplir de manera más efectiva con alguna de sus funciones. Es decir, en primer lugar, son fuente de proteínas de calidad muy alta. Pero además en su composición no hay prácticamente presencia de grasa.
Pero, sobre todo, lo que se demanda de estos snacks es que ayuden al cuerpo a funcionar mejor. Así, aquellos alimentos altos en proteínas han empezado ya a ser los protagonistas de cenas ligeras. Durante la noche el cuerpo regenera tejidos y, para ello, usa proteínas. Las proteínas sin grasa de las que estamos hablando cumplen a la perfección esta función.
Snacks naturales para adultos
Hasta no hace demasiado tiempo la merienda era cosa de los más pequeños. Pero la industria alimentaria ha visto cómo la tendencia al consumo de snacks por parte de los adultos se ha incrementado notablemente. Uno de los motivos tiene su origen en las recomendaciones de la OMS. En concreto, de la relativa a comer cinco veces al día. Esta ha llevado a los consumidores a cambiar sus hábitos alimenticios. Y también a demandar elementos novedosos.
En el mismo sentido, el tipo de snack que se consume y que se consumirá apuesta por el abandono de grasas y azúcares y la incorporación de nuevos alimentos, como por ejemplo la chía. El consumidor, por muy preocupado que esté por su salud, tiende a ver en la comida una fuente de placer. Así pues, busca snacks divertidos que le proporcionen la sensación de estar tomando algo saludable y a la vez diferente. En este sentido, las barritas energéticas de semillas, cereales y miel han experimentado un aumento en su consumo. El chocolate pasa así a un segundo plano a favor de los frutos secos y los cereales mientras que la miel sustituye en muchas ocasiones al azúcar. De este modo el consumidor continúa ingiriendo snacks dulces y crujientes, pero cuida su salud. Se combinan así las dos vertientes de lo que se busca en un snack: placer y salud.
Snacks lácteos para adultos
El aumento de ventas de lácteos para ser consumidos como snacks es una de las consecuencias de estas nuevas tendencias alimentarias. Cada vez más, los adultos demandan nuevos productos derivados de los lácteos. La mayor diferencia entre los lácteos infantiles y los lácteos para adultos es su presentación. En los snacks lácteos infantiles prima la gamificación, mientras que los productos destinados al público adulto apuestan por la inclusión de ingredientes que los convierten en snacks funcionales. Así, los yogures con fibra, ya están establecido en el mercado. En la actualidad buscan su nicho aquellos que incorporan semillas como las de amapola o cereales como la avena.
En definitiva, los fabricantes de snacks deben tener en cuenta tanto el aspecto relativo a la salud de sus productos como el hecho de que estos deben ofrecer una experiencia sensorial placentera. Tanta es la búsqueda del placer a través de la alimentación, que Europa asiste hoy día a un fenómeno más que curioso. Y es que, a la vez que aumenta la venta de snacks saludables, lo hace la de productos premium poco relacionados con la salud, como los chocolates o algunos tipos de patés. El éxito absoluto está reservado a aquellos productos saludables que ofrezcan la misma experiencia sensorial que los denominados “alimentos de pecado”, como el propio chocolate.
En Sensory Value podemos ayudarte a averiguar cómo el consumidor valora tus productos en este sentido.
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